15.5.06

Dice F. Ayala en “La Invención del Quijote”: “La noción de eternidad, sobre cuyo fondo ha de proyectarse nuestra corta existencia, y frente a la cual nos sentimos tan miserablemente perecederos, es muy difícil de concebir en abstracto”… Esa idea de eternidad, acude a mi pensamiento, una vez más, durante mi última salida de observación: hemos ido, en plena luna llena, a intentar localizar al cometa Schwassmann-Wachmann que (han escrito), está en su máximo acercamiento y se puede ver a simple vista en la Constelación del Cisne). Y de eso nada; bien difícil a través del visor del telescopio como borrosa nubecilla con cola y ya mejor aún, en la pantalla del ordenador de J.Mª, (http://www.madiedo.com/ en apartado Observación en Cerro Negro día 15 de Mayo), que ahí sí que lo hemos visto en la esperada forma de cabeza y gran cola… ¿Qué eternidad lleva esa aglomeración de hielo y roca ahí, fragmentándose, cierto, en ese Universo sin principio ni fin, del cual yo a mi vez formo parte? Un día, (ínfima medida del tiempo humano) yo también me fragmentaré y me disolveré en la materia, en esa eternidad abstracta, más sencilla de comprender -si acaso- mirando no a esos cielos de los que nos hablaron de niños como promesa de premio, no; sí mirando hacia arriba, hacia ese manto maravilloso que nos cubre y rodea, de planetas, estrellas, cúmulos y galaxias, ese manto maravilloso, del que, a medida que más me adentro para conocer, más me doy cuenta de que nunca llegaré a comprender ni a saber menos que nada.