16.4.07


En Cerro Negro el día 13, nos encontramos José María, Isabel y sus chicos, Salvador y yo, desde un principio y José Manuel, Carlos y unos amigos, que llegaron algo más tarde.

Antes de que oscureciera del todo ya estábamos en la sesión gastronómica, la cual una vez bien cumplida nos introdujo a cada uno en sus afanes, aunque justo a esa hora empezaba una humedad tan considerable que algunos desistieron de montar. Esta noche sí que anduve con cuidado de poner las tapas a mis prismáticos cada vez que me movía, pudiendo maravillarme con lo que, a mi parecer, fue el gran espectáculo de la noche: la conjunción Venus-Pléyades que pude meter junta en el campo de los prisma y disfrutarlas durante un buen rato. Después me fui a Sirio localizando M41 y algo más tarde a Casiopea para ver M-103. Sobre las 2:30 recogida y vuelta a casa.

El día 15 nueva visita a Cerro Negro con José María, viendo con preocupación el gran manto de nubes que nos recibió, pero José Mª confiaba en que éste se alejaría como así fue. A la vista, Venus, las Pléyades, el Pesebre, la peluca de Berenice… con los prisma: M-13, Doble cúmulo de Perseo con el que me tropecé sin esperarlo… “¡uich! ¿cómo usted por aquí?”…. “…pues ya ve, ¡aquí tomando el fresco”!. Y no para tomar el fresco, sino para quitarse el mono de encima, había llegado hacía un rato Isra, dedicándose a localizar galaxias y a dibujarlas primorosamente. Yo me puse un rato a ver la forma ovalada de Saturno pues mis 9x63 no distinguen la división Cassini, pero la forma sí. También y al rato, que enfoqué a Júpiter pude distinguirle –primera vez con dicho aparato- a sus cuatro satélites. Amenazaba Scorpio con su cuerpo y la Lira ya al completo, hacía un rato que nos regalaba con su famosa lluvia. Transcurría la noche agradablemente, sin frío ni humedad, pero dado lo avanzada de la hora Isra y yo recogimos, volviendo a Sevilla en animada conversación.