13.5.07

De alacranes, víboras y garrapatas, versó buena parte del susto que los chicos (Enrique, José María, Isra y Rafael) en la observación de anoche, nos querían transmitir a Isabel y a mi, que incrédulas los añadíamos a los ya conocidos “del de la motosierra”, “el del fantasma del interior de la ruina”, “el del oso escapao de la reserva” así como el del “extraterrestre con bombilla roja y rayo verde que por aquellos lugares anda”…. Haciendo caso, recogimos las cosas que estaban por el suelo y nos pusimos a aprovechar la magnífica noche que se nos presentaba: en manga corta hasta bien entrada la madrugada, el viento quieto hasta esa hora, en que levemente empezó a notarse, y la oscuridad que hasta que salió la luna sobre las 3:00, nos dejaba a la vista un cielo espléndido y de perdición porque difícil era, entre tantos objetos como teníamos, encontrarse centrado en un mismo sitio.

Una vez montado el equipo de José María, el C-11 de Enrique, el telescopio de Isabel, mis prismáticos, Isra volviendo a su casa que se le habían olvidado las pesas, Rafael buscándonos por los caminos aledaños en donde se topó con un perro que por poco se lo come, nos pusimos, los demás, al rico picoteo, al término del cual, ya divisábamos bien clarito la salida del Escorpión, no el terrestre, sino el del horizonte Sur. Antes, me había paseado un buen rato por la zona de Venus, por la de Leo, pudiendo ver, magníficamente desde el C-11 un grandioso Saturno que por delante iba. Me encontré, a través de mis prisma con un objeto, creo era M-67, que leyendo en mi guía, tendría un centro oscuro y en la guía de Enrique decía que del tal centro salía un camino conspicuo… “¿mande?... ¿qué ha dicho usted?” … echándole mucha voluntad podíamos ver el tal centro oscuro, pero lo del conspicuo ya se nos escapaba. En fin seguimos y yo al azar, M-67 por allí, M-44 por allá, Júpiter con sus sempiternos acompañantes los de los bellos nombres, Io, Europa, Gamínedes y Calixto, todos a la vista y perdida del todo por la rica zona del Joyero, la Trífida, La Laguna… en fin ¡que pérdida más emocionante!..

Llegó la prudente hora de la retirada porque había que volver y además al trabajo tempranito, aunque José María allí quedó. Sobre las 4 en casa, y como había algo que me inquietaba de lo oído, mirándome al espejo, allí me pude ver sobre la mejilla derecha una ilustre, visible, sobresaliente…, conspicua garrapata. Lo cual comunico al resto de acompañantes, para que le deis un exhaustivo repaso a la ropa que llevábais puesta, la pongáis en una bolsa de plástico, rociéis con un buen insecticida y si podéis, os metáis dentro.

1 Comments:

Blogger Polaris2224 said...

Pues hoy nos hemos acrodado mucho de tí, te hubieran encantado las ruinas de Munigua. Y acabamos todos también con garrapatas, pero merecieron la pena.

21:51  

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